Relajante es sentarse a comer en este sitio después de dar un paseo por los alrededores de San Juan de Beleño. De primero, una sopa de letras. Después, el llamado "plato de la montaña", no apto para blandengues culinarios. Lleva chorizo, huevos fritos, jamón, torto y patatas fritas, todo ello en cantidades industriales. Claro, con esto en el cuerpo, ¿quién es el guapo que pide postre?. Una cama, lo que hace falta es una cama! No sale nada caro y merece la pena una excursión por la zona.
martes, 19 de enero de 2010
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