Hacía tiempo que no iba por este restaurante, concretamente desde antes de su remodelación. Ayer tuve la ocasión de comprobar la evolución de su carta. De entradas, para compartir, tomamos cecina y setas de temporada (obviamente congeladas, pues estamos en enero). Después, un plato a elegir. En mi caso, opté por bacalao al horno con langostinos y almejas. Mi amigo Quique el de Melendreros pidió bacalao a la riojana. ¡Sorpresa! El mío era igual que el suyo, pero metido tres minutos más al horno. Resultado: el suyo estaba en su punto; el mío, reseco. Bueno, supongo que un fallo lo tiene cualquiera. El resto de comensales pidió carnes (cochinillo, paletilla o chuletillas de cordero) y creo que acertaron. En general, el sitio resulta agradable y no es muy caro. Un saludo para Floro y su plantilla.
sábado, 23 de enero de 2010
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