La verdad es que se come bárbaramente. Tiene un menú de fin de semana que restalla la marea. De primero, pote tevergano. Después, pitu de caleya (que viene a ser una pularda de camino, pero con músculos más desarrollados, por aquello de esquivar a los osos), para acabar con "rice with milk". Mi hija prefiere el jabalí al pitu. Va en gustos. Lo que es invariable es la fartura con la que sales. Un saludo a Laureano. Por cierto, a ver si este año traes pescado de Islandia, en versión "fumé".
jueves, 21 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario