Este pequeño hotel de Colunga capital también tiene restaurante abierto todo el año. En los festivos del invierno ofrecen un interesante menú del día, generalmente con fabada de primero. En verano prefiero ir a la terraza que, normalmente, suele tener sitio llamando unas horas antes. Las raciones son buenas y abundantes, sin pretensiones, pero bien planteadas. Mejillones a la marinera o en vinagreta, parrochas con jamón, pulpo a la gallega, calamar fresco frito (preguntar si es pata negra) y escalopines suelen ser una buena elección. Además, siempre se adhieren a las jornadas gastronómicas que se organizan por la zona. No es caro y te sientes como en casa gracias a la bondad de Noemí y Manolo. Un abrazo.
viernes, 15 de enero de 2010
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