Menos mal que íbamos recomendadísimos por SS. MM. los Reyes Magos, que si no, no nos da de comer. Maruja cocina muy bien, pero tiene la manía de reservar sólo a quién a ella le apetece. El cocido, lo borda, eso está claro, pero creo que al cliente de a pie no le compensa tener que ponerse en una lista de espera poco fiable. En fin, el mundo no se acaba en Finisterre, hay barcas para seguir. Saludos.
lunes, 25 de enero de 2010
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