¿Os imagináis un antiguo llagar, mantenido como era antaño, pero convertido en comedor? Pues eso es lo que os váis a encontrar en esta sidrería, poco frecuentada por turistas, en la muy turística Cangas de Onís. Tiene un encanto que fascina, aunque, claro está, no tiene que molestarte el olor a sidra mezclado con algo de humedad, de la antigua. La comida es a base de tapas de las de toda la vida, con variedad suficiente para todos los gustos. Chorizo a la sidra, oreja, chipirones, setas, queso con dulce de manzana (sí, de tapa, no de postre) picadillo con tortos de maíz, en fin, de dieta y como es barato, con lo que os sobra podéis comprar Xenical en la farmacia de la esquina. Buen provecho!
lunes, 28 de enero de 2013
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